Sin embargo, a la mañana siguiente todo cambió, aunque no tienes nada de ganas y de verdad prefieres seguir con tu espléndido plan fabricado en un bar con pésimo servicio y con una cerveza en la mano la noche anterior, derrepente se vuelve imposible de seguir, porque si, aunque odiemos la idea la vida sigue, nadie se detiene a ver que nos pasa y los minutos, días y experiencias que están preparados para nosotros no se detendrán por tus inoportunos cambios de humor, así es que aprovechando que mañana es principio de semana, aprovecha, levantate, disfrutala y con una sonrisa lo más real o falsa que puedas dile a esas crisis existenciales que se vayan a la ch....
o al menos eso me digo a mi misma cada tanto...